Limitaciones y crecimiento
LIMITACIONES
QUE NOS HACEN CRECER
La vida es limitada por definición y está llena de obstáculos que a veces fingimos no ver, ya que, reconocerlos conscientemente, nos obligaría a ser más modestos, menos prepotentes.
Sin
embargo, reconocer nuestros límites y asumirlos no debe significar
que éstos se encojan o estrechen, porque, éste reconocimiento nos puede (nos debe)
hacer crecer.
Cuando te haces consciente de lo que no puedes hacer, te concentras mucho
más en sacarle todo el partido de lo que sí tienes al alcance.
Un buen ejercicio para aceptar las limitaciones es caminar al aire libre un rato con los ojos cerrados si es posible por la naturaleza, acompañad@ de alguien en quien confíes. Impresiona notar como al instante los otros sentidos se amplifican, y de repente te llegan los olores, el calor del sol, el viento, los sonidos de cuando pisas las hojas o las piedras. En conclusión, cierras una puerta y se abren solas un montón de ventanas.
Sucede lo mismo cuando la salud te pone a prueba y los tratamientos exigentes te obligan a ir haciendo renuncias. Duele aceptar cada "no" forzado, renunciar a las actividades que no podrás hacer de momento, y más aún, a las que ya no podrás hacer nunca más. Tiene un punto de doloroso y otro de liberador. Si lo haces conscientemente, te darás cuenta de que sueltas peso, y te puedes centrar en cuerpo y alma en lo que te queda, si aprendes a dejar de lamentar lo que pierdes.
Los malos días te enseñan a vivir con euforia los días buenos. Y el miedo a morir hace que se esfumen todos los miedos del vivir. Tienes un espacio de juego más reducido, menos posibilidades de hacer lo de siempre y la banda sonora no es la más animada. Pero si te lo tomas con serenidad quedan muchas partidas para jugar y puedes decidir aún como bailas la música que te ponen.
La vida continúa, y cuando se te cierran unos atajos no queda más remedio que afrontar de cara y con alegría todas las vías que siguen conduciendo a la realización y la Luz .
Luz
y Amor
Namasté
lpv0117